Nueva raza

tras la caida de las màscaras

mi cuerpo se suelta al amor

irrumpen sentimientos encontrados

entre mis muslos y los balcones

desde donde me miran los dioses mìsticos

que liban a diario de las pasiones ajenas...

àngel no me contestas....

he caido en la ignominia.. por desearte tanto...

vuelve inspìrame...

besa mis dedos..

impregnados del delirio,

cuando se clavan entre mis pilegues hùmedos

con la vehemencia que me produce este frenesì...

àngel..dame tu concupiscencia..

mìrame con predilecciòn...

necesito las caricias de tus ojos ardientes..

entrègandose al erotismo de mi humanidad...

que me poseas...

con la misma intensidad que me cuidas...

cuando yaces a mi lado

que me enseñes la gloria que infringes

cuando alzas...el pèndulo ignorado....

aceptando el envilecimiento que te produce

este designio...

àngel..no te ocultes de mi...

esto no es corrupciòn...

es la expresiòn humana del amor...

lo que no entiendes...lo que te aflige...

es la simbiosis perfecta de los seres...

la fusìon de la materia en la carne misma....

oh..si....èntregate ...dèjala fluir

que en la perversiòn terrenal

donde la sexualidad prevalece

està nuestra inmortalidad..

consecuencia del crecimiento de las razas...

àngel....rèspondeme...

con los besos elejidos...

nacidos de nuestra dulce adoraciòn

y entre las tinieblas de mi oscura habitaciòn

exploremos abrazados..

los misterios que ocultos a los hombres

se despejan ante nuestra voluptuosidad

deja que emanen los jugos sagrados

penètrame asì...dandole aliento a mi boca

y en el empìreo lugar donde te amparas

grita al segregar...los genes de tu casta

Autora Mirta Fischer