Con las velas encendidas,al borde de la bañera,
el cuarto se ilumina,
y tu mirada brilla
con la picardìa
de los deseos contenidos
que se desvisten,
mientras la piel de tu sexo crece,
escondido... bajo la suave espuma còmplice...
cuando mis piernas lo detectan
y lo estrujan ..acarciàndolo
en el oscilar de las aguas
y ese es el momento..
que tu roce me estremece
y me elevo,
arrastrando una cascada de burbujas
para acomodarme en el màstil
que me guìa
al viaje interior,
de mis sentidos,
y asì meneàndome,
hacia arriba..y hacia abajo,
hago crecer en burbujeantes efervecencias
las pompas relucientes de jabòn
que se deleitan flotando alrededor
reflejando los cuerpos mojados
en cientos de prismas dorados
que explotan al compàs de nuestros besos
en el vaiven descontrolado
que avecina en los gemidos
el blanco estallido de nuestro amor..
Autora Mirta Fischer
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El agua, punto natural de reencuentro. El cuerpo desnudo. La espuma blanca del mar primigenio, y un sexo, capitan a la deriva que se enconde en aquella cueva tibia para no naufragar, y naufraga, y es delicioso.
ResponderEliminarYa no me sorprendo porque sé de tu calidad metafórica. ¡Qué bien has elegido el escenario! Velas y agua, dos elementos…
ResponderEliminarLa forma en que describes la erección es magnífica, y la forma en que la descubres.
Tu subida al mástil es fantástica, y el goce hecho espuma impagable.
¡Sigue alimentándonos Mirta!
Mi querida Mirta, tu poesía siempre cautiva, hace volar entre sensaciones, eres genial preciosa, besos querida Mirta un placer siempre disfrutar tu poesía
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